Las joyas forman parte de nuestro día a día. En las distintas culturas y civilizaciones, el ser humano ha buscado la forma de diferenciarse y adornar su cuerpo con toda clase de complementos. Aunque pueda parecer mentira, pendientes, collares, anillos, diademas y pulseras no son exclusivas de la época moderna. De hecho, podría decirse que la historia de la joyería se remonta al instante en que el hombre comenzó a usar ropa y herramientas.
Las joyas en la prehistoria
Durante la Edad de Piedra, el ser humano comenzó a utilizar huesos, colmillos o conchas que se colgaban de manera rudimentaria a modo de collares. Posteriormente, empezaron a elaborar primitivas joyas con las piedras preciosas que encontraban en los lechos de los ríos o bajo tierra.
Con el descubrimiento de los metales todo cambió. El cobre y el hierro sustituyeron a la piedra como materia prima a la hora de elaborar herramientas quedando así las piedras preciosas relegadas a un uso ornamental. Así, durante la Edad de los Metales, comenzaron a fabricarse joyas y otras piezas trabajando materiales como el oro, la plata o el bronce en las que se empezaron a engarzar piedras preciosas con técnicas más avanzadas propias de la orfebrería.
Las joyas en la Edad Antigua
En Mesopotamia y Asiria utilizaban técnicas de orfebrería y joyería muy avanzadas para la época como el granulado, la filigrana y la incrustación de piedras preciosas o semipreciosas. Los hallazgos arqueológicos encontrados en esta región demuestran el gran avance que la joyería experimentó durante esta civilización. Prueba de ello es el tesoro hallado en la antigua Nimrud en 1988 con más de 170.000 piezas de oro, plata y piedras preciosas pertenecientes a las reinas asirias hace unos 3.000 años.
En el Antiguo Egipto, la joyería también tuvo un gran auge. Los egipcios no solo utilizaban las joyas como adornos sino también como talismanes, ya que les atribuían poderes espirituales. No en vano, consideraban que la piel de los dioses era de oro y por ello otorgaron a este metal propiedades divinas.
Los antiguos griegos, grandes admiradores de la belleza, utilizaban en su día a día joyas de oro y piedras preciosas diseñadas con técnicas como la fundición, la filigrana y el granulado.
En Roma, mientras los hombres solo usaban lujosos anillos, las mujeres se adornaban ricamente con pendientes, brazaletes, collares o diademas. Los romanos adoptaron técnicas empleadas por otras civilizaciones, como la filigrana o el granulado, a las que añadieron otras propias.
La joyería en la Edad Media
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la joyería quedó relegada principalmente a la realeza. A Europa llegaban grandes cantidades de piedras preciosas procedentes de Oriente destinadas a decorar piezas reales como las coronas. Asimismo, durante esta época y debido a los cambios sociales proliferó una joyería de índole religiosa.
La joyería en la Edad Moderna
La llegada del Renacimiento supuso una revolución en la historia de la joyería. Las piedras preciosas pasaron a formar parte del ornamento no solo de iglesias y palacios, sino también de las vestimentas de las clases más altas. Asimismo, las técnicas evolucionaron permitiendo tallar piedras de mayor dureza y la realización de complejos grabados en ellas.
Además, durante esta época comenzó el diseño de joyas tal y como hoy lo conocemos, es decir, mediante un dibujo previo a su elaboración.
La joyería en la Edad Contemporánea
Cada vez se utilizan técnicas más complejas y avanzadas en joyería gracias a los distintos avances técnicos. Comienza la fabricación en cadena de piezas como collares, pendientes, pulseras o sortijas y la orfebrería empieza también a hacerse un hueco en objetos como pitilleras, empuñaduras de bastones o marcos de cuadros.
En la actualidad, podríamos decir que la joyería se ha “democratizado” gracias a los nuevos métodos de fabricación y al uso de distintos materiales. Hoy en día encontramos piezas de todo tipo y al alcance de cualquier bolsillo. Han dejado de ser algo exclusivo de las clases altas para convertirse en un objeto cotidiano del que casi todos podemos disfrutar.
Como no podía ser de otra forma, la historia de la joyería va paralela a la historia y evolución del hombre y de las distintas épocas siendo un fiel reflejo de los cambios que se han ido produciendo a lo largo de los siglos
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